Vaca Muerta: las exportaciones de gas podrían borrar el déficit comercial con Brasil
3 de noviembre de 2024
Uno de los problemas estructurales de la economía argentina puede llegar a resolverse en los próximos años a partir de las exportaciones de gas de Vaca Muerta. Es el déficit comercial que la Argentina tiene con Brasil; ese resultado negativo suele ser de varios miles de millones de dólares cada año cuando ambas economías están en auge, y se achica o se revierte cuando caen las importaciones argentinas por efecto de una recesión.
Según uno de los principales empresarios petroleros del país, la Argentina podría enviar a Brasil entre 5 y 15 millones de m3 por día (MMm3/d) de gas natural. A un precio de 10 dólares por millón de BTU en la frontera de Bolivia-Brasil -utilizando infraestructura de transporte ociosa- significarían ingresos por unos US$ 1.800 millones por año -como máximo-, menos el peaje que cobrará Bolivia por usar sus gasoductos.
Pero la expectativa es que sumando gas por gasoductos y gas licuado la cifra se pueda estirar hasta los US$ 5.000 millones.
Como referencia, entre enero y septiembre el déficit comercial de la Argentina con Brasil alcanzó los 233 millones de dólares, producto de exportaciones que crecieron un 10,3% interanual hasta los US$ 9.825 millones e importaciones que cayeron 28,9% a US$ 10.058 millones, de acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Con China que avanza en la región y genera tensiones comerciales entre los dos países sudamericanos, según la consultora Abeceb la relación pasa hoy por una etapa de comercio regulado. En 2023 el déficit argentino fue de US$ 5.475 millones, mientras que en 2022 había sido de US$ 3.365 millones
Las petroleras como Pan American Energy (PAE), la francesa Total y Tecpetrol ya empezaron a enviar gas a Brasil en condiciones firmes -no interrumpibles- a más de US$ 6,50 por millón de BTU pero por períodos de tiempo cortos, lo que reduce el precio en relación a si hubiera contratos de largo plazo.
Además, el proyecto de desarrollo de Gas Natural Licuado (GNL) de PAE con Golar LNG, que tendrá una barcaza de licuefacción de aproximadamente 11 millones de m3 diarios de gas en Río Negro a partir de 2027 -la decisión final de inversión, que confirmará el proyecto, se tomará el año que viene- prevé exportar gran parte de ese combustible a Brasil.
Gasoductos en disputa
La necesidad de evacuar hacia los países limítrofes las enormes reservas de shale gas de Vaca Muerta precisa, igualmente, de multimillonarias inversiones en la red local de gasoductos, que permitan llegar hasta las fronteras con el fluido en los caños después de que los usuarios argentinos (hogares, comercios e industrias) tengan satisfecha su demanda.
Para eso, la industria y la política energética se disputan la prioridad de dos obras centrales para fortalecer la capacidad del país: la ampliación de capacidad de transporte de gas de 21 a 35 MMm3/d en el primer tramo del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) entre Tratayén, Neuquén, y Salliqueló, Buenos Aires; o la construcción del segundo tramo que podría ir desde Salliqueló hasta San Jerónimo, Santa Fe, o desde Chacharramendi, La Pampa, hasta La Carlota, Córdoba.
La primera será clave para sustituir importaciones de combustibles líquidos -gasoil y fuel oil- en la generación eléctrica, así como el Gas Natural Licuado (GNL) que viene por barcos; mientras que la segunda es vital para reforzar el Norte del país, descomprimir los gasoductos Centro Oeste y Norte y habilitar el paso del gas hacia Bolivia y Brasil.
Un experto del sector, que prefirió hablar en off the record, explicó a Clarín que en esa decisión de política energética hay una lucha entre los intereses de las productoras y transportistas de gas.
El ex secretario de Energía Gustavo Lopetegui planteó ante EconoJournal que la segunda etapa del GPNK es lo más importante en este momento, pero «no estoy seguro de que a todas las empresas productoras les convenga», porque eso incentivaría la competencia y bajaría los precios.
