14 de noviembre de 2024

DNUS: entre Javier Milei y el Congreso se acabó lo que se daba

El mes final del año legislativo despertó al gobierno. Se cansó de esmerilar al Congreso que gobierna al país y que le ha perdonado la vida al salvarle el DNU 70/23 – único programa sobreviviente, heredado del PRO – y la ley minibús a la que quedó reducida la ambiciosa ley ómnibus.

Termina la semana con un revés serio, que es el dictamen de comisión que limita las facultades del Ejecutivo para gobernar por DNU. En el mejor de los casos, cuando se apruebe el dictamen, estos instrumentos caerán si los rechaza una sola de las cámaras y si no se los convalida el Congreso en el lapso de 90 días.

El dictamen del bloque Encuentro Federal puso esa base, a la que se pegaron otros dictámenes de minoría. La nota graciosa la puso el PRO, que no presentó ningún proyecto, con lo cual quedó avalando el sistema impuesto en 2006 por el peronismo del matrimonio Kirchner, que consagró la polémica «sanción ficta» de los DNU.

Se extrañó la ausencia de Silvia Lospennato, que pudo decir algo al respecto. Pero este compromiso la sorprendió en la China. Eso es estar lejos.

El oficialismo ahora pone todos los kilos para que ese dictamen no se trate jamás en el recinto. Se le enreda con el tratamiento del presupuesto. Teme ser víctima de un castigo divino a la hybris (desmesura). Javier Milei puede gobernar sin presupuesto, pero no puede gobernar sin DNU.

La tentación de la gran Pepín

El receso desde el 1° de diciembre abre un panorama a la medida de las fantasías del oficialismo. Un país sin Congreso es el paraíso soñado para los cesarismos de siempre.

Mauricio Macri aprovechó esa zona de nadie para designar dos jueces de la Suprema Corte “en comisión”. Fue un alarde de fuerza de Macri en el momento de su mayor debilidad que le inspiró su asesor Fabián Rodríguez Simón Pepín- usando un atajo que Cristina de Kirchner, no se animó a caminar para imponer jueces en la Corte en el largo del receso legislativo de noviembre de 2014 a marzo de 2015.

Macri desandó sus pasos, pero logró que el Senado les aprobase las designaciones de Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti. Tuvo Corte propia. El gobierno ha tanteado repetir la maniobra para imponer a Ariel Lijo y Manuel García Mansilla.

Le respondieron desde la bancada cristinista del Senado que ni se les ocurra. “-Pero en 2016- argumenta Olivos -ustedes al final aprobaron los pliegos enviados por Macri-”. Réplica: “-Pero nunca nos pagaron el favor. Esa Corte ha fallado siempre contra el peronismo”.

“Al contado, y por adelantado”

Para aceitar la maniobra el gobierno mueve hacia el Senado propuestas para designar unos 150 magistrados en todo el país. Aunque pueden tardar meses las negociaciones a las que obligan esos nombramientos. Deben ser sometidos a una mesa de arbitraje entre legisladores, gobernadores y funcionarios que hoy no existe.

José Mayans, jefe del interbloque peronista, ha hecho suya la máxima de Vicente Saadi, que manejó la comisión de acuerdos del Senado durante años: en Política se cobra al contado, y por adelantado.

La crisis del proyecto Lijo-García Mansilla llega al punto de que hay movimientos para reflotar la posibilidad de que Juan Carlos Maqueda reciba un nuevo acuerdo para seguir en el tribunal cuando cumpla años el 29 de diciembre. Esa posibilidad es mejor a que quede una Corte de tres miembros controlada por Rosenkrantz y Rosatti.

Congreso en cámara lenta

Algo van a inventar. Primero de todo, mover las piezas para que no haya sesiones hasta nuevo aviso. Esta semana está perdida porque hay legisladores que viajan de observadores a las elecciones de los Estados Unidos. Uno de ellos es el jefe opositor Martín Lousteau.

En Diputados Martín Menem, presidente de la cámara, y Gabriel Bornoroni, jefe de la bancada oficialista, se desvelaron en las últimas horas por asegurarse para que a nadie se le ocurra alguna convocatoria comprometedora.

Hay diputados mileístas que viajan a festejar lo que cree es un triunfo seguro de Donald Trump este martes. Esa y otras ausencias contribuyen a poner al Congreso en cámara lenta.

El jueves por la tarde Cristina de Kirchner instruyó en el Instituto Patria a José Mayans y Germán Martínez -jefes de los bloques peronistas- para que afilen los cuchillos y liquiden el DNU 846, que libera los canjes de deuda de las restricciones de la ley de administración financiera.

Ya se vencieron los plazos para resguardar ese DNU en la comisión respectiva. El gobierno ruega para que no le quiten esa herramienta, que Luis Caputo le pidió al Congreso cuando gobernaba Macri y ahora ha fracasado dos veces en lograr. El Senado busca dilatar las sesiones para que no le metan el tratamiento del DNU por sorpresa.

Con tal de que eso no ocurra ha puesto en la semana final del año legislativo -27 de noviembre- la fecha del informe del jefe de gabinete ante esa cámara. Guillermo Francos ha pedido tiempo para reponerse de los efectos del último informe ante Diputados. Terminó internado.

Nuevo embajador ante el Congreso

En tren de estirar los plazos, desde este lunes las relaciones del gobierno con el Congreso van a estar a cargo de Oscar Moscariello, amigo de Francos desde su juventud setentista. Se conocieron en 1973 bajo el paraguas de la Alianza Popular Federalista.

En marzo de ese año, esa coalición obtuvo el 15% de los votos para la fórmula Francisco Manrique (partido Federal donde militó Francos) y Rafael Martínez Raymonda (Partido Demócrata Progresista, alma mater de Moscariello).

Reemplaza a Omar de Marchi, que pasa a integrar las fuerzas del cielo como director de Aerolíneas, junto a Lisandro Catalán. Es indemostrable que Moscariello no sea otro peón de Macri en el gabinete. Integró la legislatura porteña y la directiva de Boca con Mauricio y Daniel Angelici. Fue vicejefe del gobierno porteño y embajador en Portugal.

Aerolíneas, high cost

Sobre Aerolíneas, el bloque Encuentro Federal de Miguel Pichetto le hizo precio al oficialismo. Presentó un dictamen de minoría para admitir capital privado en Aerolíneas como sociedad mixta, modelo YPF. Si no lo hacía, el dictamen del oficialismo, sostenido por el PRO y el mileísmo, no hubiera tenido los votos para habilitar el tratamiento.

Esta iniciativa tiene ya un plomo en el ala. Estaba en el proyecto de la llamada ley de Bases que fue rechazado. No puede ser tratado hasta el año que viene. Si el gobierno insiste, todos al juez. Este parecer le conviene al oficialismo, que hoy no tiene los votos para vender la empresa.

Por lo bajo, los legisladores mileístas se quejan de la presión que les metió Olivos, a través de Federico Sturzenegger, para acelerar un proyecto condenado a postergarse hasta el año que viene. Si el bloque de Pichetto no le daba una mano, hubieran sumado otro revés. Esto no es vida, señor.

Chau radicales

Moscariello iba a ocupar el cargo que jura el lunes en diciembre pasado, pero se lo birló De Marchi cuando le fallaron en su designación como ministro de Educación en el primer gabinete. La exaltación a las nubes de De Marchi fue otro desaire de Milei a los radicales que aspiran a asaltar el gobierno.

Alfredo Cornejo es el adversario de De Marchi en el distrito que gobiernan los radicales, ya divorciados el PRO. Hebe Casado, vicegobernadora de Cornejo, le disputó el partido local a De Marchi y perdió.

Con ella perdieron Macri y Patricia Bullrich, que le habían intervenido el partido con el ex PA (personal assistant) de Mauricio, Darío «Daro» Nieto. «Al final el presidente, que se queja de las empresas del Estado, las usa como bolsa de empleo para ñoquis. Yo a @JMilei lo respeto y admiro, pero en esta decisión no lo acompaño ni un poquito», se despachó Hebe. Hay que imaginar lo que diría si no lo respetase ni animase.

Amor no correspondido

Los radicales han entrado en un estado de obnubilación partidaria que les impide distinguir el cielo del mar, como a los pilotos extraviados rumbo al horizonte.

Los gestos de Milei hacia esa fuerza indican sus verdaderas intenciones para las elecciones del año que viene. En Mendoza la designación de De Marchi expresa el desinterés en estar en esa batalla con los radicales: Cornejo, el hombre fuerte del distrito, no tiene elección en 2027 y paga poco como aliado, por más busque algún ticket para entrar en Olivos.

El insulto a Alfonsín en Córdoba es un mensaje a Rodrigo de Loredo sobre sus preferencias en esa provincia. Lo tenía en primera fila a su predilecto para asociarse el año que viene, Luis Juez. La tiene ahora vacante, para acompañarlo, a la renunciada Diana Mondino.

Agravió a los radicales con De Loredo sentado en segunda fila. Descalificar a Alfonsín justo en el aniversario de su triunfo en 1983 no fue casual, fue un dardo al electorado no peronista del distrito del jefe del bloque de Diputados. No cayó bien.

Nadie aplaudió esas palabras, en un auditorio de aplauso fácil para Milei. Ni eso hizo que De Loredo se levantase. Se hubiera notado. Más atrás estaba Mario Negri, ex presidente del interbloque de Cambiemos en Diputados. Cuando sirvieron el almuerzo ya se había retirado.

Votar bloqueo a Cuba es ilegal

¿Podía haber votado la Argentina en la ONU en favor del bloqueo comercial a Cuba? No. Se lo prohíbe la ley N.º 24.871 que establece la vigencia de la legislación extranjera que impide que un voto en favor de una medida de esa naturaleza se haga sin intervención del Congreso, o subsidiariamente si no es una decisión de las Naciones Unidas.

El representante en la ONU Ricardo Lagorio recibió, por esa razón, de la cancillería Mondino la instrucción de votar por el rechazo. Ninguno actuó en ese trámite porque le diera la gana. Si no, habrían quebrado la ley y hubieran sido sometidos a proceso.

Como actuaron, además, lo salvaron a Javier Milei de una causal de enjuiciamiento, pese a que fue el único que actuó como se la daba la gana. Dio su opinión por sobre un conflicto complejo como es la política exterior del país, como si estuviera en una mesa de café.

Terrorismo de Estado (hacia los propios)

Esto lo sabían, ascendiendo la escala zoológica de la cancillería, el embajador Lagorio, la mesa de análisis de la casa y la excanciller Mondino. No lo sabía el vértice del poder que entorna a Milei. Al que no le importan mucho estas inconsistencias tercermundistas.

Le sirvió para extender el terrorismo interno que imprimen los autoritarios hacia los propios. Desde ahora cualquier burócrata se preguntará: Si a Diana, que cumplió la ley y no sacó los pies del plato, le dieron una patada, ¿qué no harán conmigo, que tampoco he hecho nada malo? Una pedagogía pavloviana, propia de la domesticadores perrunos.

EL artículo 1° de esa ley sancionada en 1997 -durante el gobierno de Menem, que este gobierno exalta como la era dorada a la que hay que volver- dice que «Serán también absolutamente inaplicables y carentes de efectos jurídicos las leyes extranjeras que pretendan generar efectos extraterritoriales a través de la imposición de bloqueo económico, la limitación de inversiones en un determinado país, o la restricción a la circulación de personas, bienes, servicios o capitales, con el fin de provocar el cambio de la forma de gobierno de un país, o para afectar su derecho a la libre autodeterminación».

En el artículo 2° agrega que «ninguna persona, física o de existencia ideal, puede invocar derechos, ejecutar o demandar la ejecución de actos, ni ser obligada a obedecer u observar, ya sea en forma activa u omisiva, medidas, directivas, instrucciones o indicaciones que sean consecuencia de la aplicación extraterritorial de las leyes extranjeras indicadas en el artículo anterior.»

La Argentina sostuvo el voto sobre Cuba porque ha entendido de que ningún país puede dictar sanciones unilaterales y menos aún la Argentina las puede apoyar. Es la política desde hace 30 años y ha convivido con condenas notables contra la violación de los derechos humanos en Cuba y otros países.

Esta interpretación protege el desarrollo de los negocios, la libertad política de los países, y en el caso de la Argentina, resguarda los intereses sobre Malvinas que han tenido siempre el apoyo de Cuba y de la mayoría de los países.

Clarín

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