9 de octubre de 2024

La conmovedora historia en el último adiós al padre Javier Romero: «Yo era campanero y lo traje a tocar»

Profunda congoja y dolor entre los feligreses salteños católicos y en todo el ámbito de la curia eclesiástica causó la muerte del padre Javier Romero, vicario episcopal de la Catedral Basílica, reconocido por su amplia trayectoria y su sentido vínculo con la comunidad. 

Profunda congoja y dolor entre los feligreses salteños católicos y en todo el ámbito de la curia eclesiástica causó la muerte del padre Javier Romero, vicario episcopal de la Catedral Basílica, reconocido por su amplia trayectoria y su sentido vínculo con la comunidad. 

En este momento se lleva a cabo el velorio en el Arzobispado de Salta, ubicado en la calle España 596. Desde temprano, devotos, familiares, allegados y vecinos concurren al lugar. Muchos de ellos rompieron en llanto en la vereda del templo y se abrazaron y contuvieron emocionalmente unos a otros. «Era un excelente padre», repetían todos con lágrimas en sus ojos.

«Un excelente hijo»

«Un excelente hijo en todos sus aspectos. Tuvo una educación humilde y siempre respetó al prójimo. Tuvo una relación de mucho apego a su abuela que lo quería tanto y ahora estarán juntos en su morada. Ese era el deseo de él. Siempre decía que el día que se muera, quería estar con su abuela. Esa gestión estábamos haciendo así que se le cumplirá su deseo», expresó Carlos Romero, de 69 años, papá del padre Javier, durante el velorio. 

Carlos Romero, papá del padre Javier.

Y añadió: «Para mi siempre fue mi chico a pesar que ya tenía 48 años y le faltó un poco más de vida para cumplir los deseos que tenía y la vocación de él en la Catedral. Dios parece que se adelantó en llamarlo y ahora debe estar con el».

El padre Romero nació en la capital salteña. De pequeño, con su familia residían sobre la avenida San Martín al 1.200. Concurrió a las escuelas Juan Bautista Alberdi y Benjamín Zorrilla. Luego se fue a estudiar a la provincia de Mendoza, regresó a Salta y terminó la secundaria en el colegio Madre María Sara Lona. Posteriormente ingresó al Seminario siguiendo su vocación de sacerdote. 

«Yo era campanero y lo traje a tocar»

«El estaba en séptimo grado y yo era campanero acá en la Catedral. Un día lo traje a tocar las campanas por primera vez y el tuvo un llamado de la Virgen, Dijo que la Virgen le anticipó que él iba a ser sacerdote, que tenía que estudiar. Eso se lo contó a su abuela. Dijo que a el le gustaba, que iba a serlo y que sentía temor de decirmelo. Pensó que yo me iba a enojar. Un día llegue de trabajar y me lo contó y yo le hice upa y fue una alegria bárbara. El no se imaginaba que yo reaccionaria de esa forma y de ahi empezó su carrera», relató  

Mañana, a las 7 el cuerpo del padre Romero será trasladado a la Catedral, donde se celebrará la misa exequial a las 9.  Posteriormente sus restos serán trasladados al Cementerio de la Paz.

Eltribuno

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