24 de noviembre de 2024

«Ricardito», el yacaré que vivió una década en el Instituto Malbrán y se mudará a un santuario animal

Acaso algunos empleados, de tanto verlo, ya lo habían perdido de vista. Otros no estaban ni enterados de su presencia. Y otros lo tenían bien presente, tanto que se preocuparon por él. Lo cierto es que una llamada a una fiscalía permitió terminar con una situación desagradable para un vecino muy exótico de Barracas: un yacaré overo que desde hace una década vive en el Instituto Malbrán y que ahora será trasladado a un santuario animal.

La historia trascendió a partir de una denuncia anónima de un empleado que advertía sobre las malas condiciones de vida de un yacaré que era conservado dentro del enorme predio que tiene en Barracas (Vélez Sarsfield 523) el Instituto Malbrán, el centro científico de referencia nacional para la investigación de múltiples enfermedades.

Esa llamada fue dirigida a la Unidad Fiscal Especializada en Medio Ambiente (UFEMA),la fiscalía porteña que, entre otros temas, se ocupa del bienestar animal. La dirige el fiscal Carlos Rolero Santurian y en los últimos años llevó adelante múltiples causas y allanamientos contra el tráfico de animales y la cría ilegal de mascotas, entre otros delitos.

La UFEMA se ocupó de causas que involucraban a algunos animales realmente exóticos, como un puma o un mono cai. Pero encontrarse con un yacaré overo a cinco cuadras de la cancha de Huracán es algo que quiebra la incredulidad de cualquiera. Es que el Caiman latirostris es un reptil anfibio endémico de los pantanos del sur de Brasil, Paraguay, Uruguay y la Mesopotamia argentina. Inimaginable, entonces, toparse con un macho adulto de esta especie en el nostálgico y tanguero sur porteño.

El yacaré overo, en el Instituto Malbrán.El yacaré overo, en el Instituto Malbrán.

Primo de los cocodrilos, el yacaré puede medir unos 2 metros y pesar hasta 90 kilos. ¿Cómo fue a parar al Malbrán? En la UFEMA contaron que buscaron en el instituto alguna carpeta o documentación que explicara el pasado del animal, pero no encontraron más que imprecisos relatos de algunos empleados.

Aparentemente, hace unos diez años alguien llevó dos yacarés al Malbrán, al tiempo uno murió y quedó este ejemplar. Lo conservaban en un espacio rodeado de una fosa y una reja, similar a los recintos que todavía se pueden ver en el Ecoparque, el ex zoológico de Palermo.

Durante años se mantuvo así. Pero en las últimas semanas, un desperfecto técnico provocó que el agua de la fosa donde el animal pasaba parte del día no pudiera ser filtrada correctamente y se pudriera. Las condiciones de vida para el yacaré desmejoraron notablemente. Y la llamada del empleado conmovido y anónimo alertó a la fiscalía.

El agua de la fosa estaba en mal estado.El agua de la fosa estaba en mal estado.

La situación fue comprobada por una oficial de la división de Delitos Ambientales de la Policía Federal, que actuó en este caso porque el Malbrán es de jurisdicción nacional. Acompañada de dos testigos, la policía reportó que el animal «no posee ningún tipo de documentación. Asimismo, se encontraba ubicado en un sector con ingreso desde el área de reptiles, en el cual se observan diferentes plantas, un estanque en el centro y una fosa en el perímetro». Con policial detallismo, el parte agrega que al momento de la inspección, el yacaré «se encontraba tomando sol».

Clarín se comunicó con el Ministerio de Salud nacional. Desde allí, reenviaron una comunicación del propio Instituto Malbrán, que arroja algunos indicios más: «Informamos que el yacaré overo, un caimán que fue rescatado y cuidado en el Instituto Nacional de Producción de Biológicos, está en buen estado de salud, a pesar de los recientes inconvenientes en su hábitat. Hace aproximadamente 20 días, hubo una obstrucción en el sistema de drenaje que afectó el agua de la fosa, provocando un estancamiento que generó condiciones no óptimas. Sin embargo, se ha estado trabajando con el departamento mantenimiento para resolver la situación. Aunque el animal se encontraba bien, hemos acordado con la fiscalía su traslado para garantizar su cuidado».

El final del comunicado echa algo de luz sobre por qué el animal vivía en el Malbrán: «Lamentamos su partida, ya que era un valioso recurso educativo en las charlas sobre reptiles. Agradecemos la comprensión de la comunidad y reafirmamos nuestro compromiso con el bienestar animal».

En este recinto vive el yacaré del Instituto Malbrán.En este recinto vive el yacaré del Instituto Malbrán.

Ahora se está armando el operativo para poder subirlo a una jaula y transportarlo. En este caso, el caimán no se va para Barranquilla, como el de la popular canción colombiana, sino al litoral del Paraná: al yacaré porteño lo esperan en la granja «La Esmeralda», un centro de rescate, reproducción e investigación de la fauna silvestre autóctona. Cuenta con un parque de 13 hectáreas el norte de la ciudad de Santa Fe.

«Tras la denuncia pudimos trabajar rápido y ahora apuntamos a que vuelva a sus condiciones naturales o lo que más se le asemeje», le comentó a Clarín el fiscal Rolero Santurian.

Un animal exótico y salvaje no es, ni debe ser, tomado como una mascota. Pero siempre es más práctico llamar a las cosas por su nombre, también a los animales. Por eso, el personal de la UFEMA lo bautizó, aunque eligieron un nombre que lejos está de inspirar el mismo miedo que la dentadura de un caimán, sino más bien una sonrisa: al yacaré del Malbrán le pusieron «Ricardito».

Clarín

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