Barricadas, tiroteos y un robo de película: una ola de violencia sacude Río de Janeiro

La violencia volvió a sacudir Río de Janeiro en una jornada marcada por un asalto masivo a un autobús, un intenso tiroteo y un megaoperativo policial contra el crimen organizado.
Un autobús con 47 personas en el interior sufrió un violento asalto mientras circulaba por la Avenida Brasil, en la zona norte de la urbe. Testigos relataron a G1 que los delincuentes actuaron con extrema agresividad.
Primero, uno de los asaltantes subió al autobús y después obligó al conductor a detenerse para que su cómplice subiera. Los pasajeros fueron despojados de celulares, dinero y objetos de valor, mientras les amenazaban a punta de pistola. Tras el robo, los ladrones se bajaron del vehículo y se marcharon.
«Fue desesperante, aterrador. Cuando disparó el segundo tiro, la pólvora me cayó encima. No llevaban máscaras. Es absurdo. Se sienten tranquilos, no les importa que les reconozcan», explicó unos de los pasajeros.
Pocas horas antes, un intenso operativo policial sacudió el Complejo da Maré, también en la zona norte de la ciudad.
El tiroteo entre los agentes y grupos de delincuentes se expandió por varias comunidades, provocando escenas de caos y barricadas en llamas en una de las principales vías de la ciudad.
La situación se volvió aún más crítica cuando los delincuentes intentaron escapar por el agua a bordo de una embarcación que se encontraba en un muelle cercano. Sin embargo, los agentes abrieron fuego y consiguieron detenerles.
Durante el enfrentamiento, uno de los sospechosos fue herido y trasladado a un hospital, donde falleció poco después.
En paralelo, la Policía Civil lanzó un megaoperativo, con más de 700 agentes, en el que se arrestó a 230 sospechosos en distintos puntos del estado. Muchos de los detenidos están acusados de robo a mano armada, latrocinios y recepción de bienes robados.
Las investigaciones indican que gran parte de los robos están financiados y organizados por narcotraficantes, que no solo controlan el tráfico de drogas en las comunidades, sino que extienden su influencia a otros delitos lucrativos, como el robo de carga, vehículos y asaltos a comercios.