CABA: alumnos universitarios y terciarios podrán viajar gratis
Con 53 votos a favor, cinco abstenciones y un voto en contra, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires (CABA) aprobó ayer la extensión del boleto estudiantil gratuito para los alumnos de las universidades, terciarios, profesorados y otras instancias formativas del nivel superior.
Después de décadas de un reclamo histórico del movimiento estudiantil, que se remonta a la “Noche de los Lápices”, la sanción modifica la Ley N.º 5656, que amplía el beneficio a estudiantes de nivel superior que asisten tanto a instituciones públicas educativas, como aquellas que son privadas con subvención estatal completa.
La iniciativa recibió un amplio respaldo de bloques como el oficialista Vamos por Más, que integra el PRO junto a aliados, Unión por la Patria (UP), Frente de Izquierda de los Trabajadores (FIT), UCR-Evolución, Partido Socialista y Confianza Pública. Sin embargo, los legisladores de La Libertad Avanza (LLA), liderados por María del Pilar Ramírez, se abstuvieron, mientras que Ramiro Marra votó en contra.
La modificación de la normativa contempla los siguientes puntos clave:
Ampliación del alcance: antes, regía solo para los niveles educativos inicial, primario y secundario. Ahora incluye a estudiantes de Universidades, Institutos de Educación Superior, Centros de Formación Profesional e Instituciones de Educación Especial dentro del ámbito porteño, abarcando tanto a los establecimientos de gestión estatal como privado, que tengan un subsidio del 100%.
Incremento de viajes: La cantidad de traslados gratuitos subió de 50 a 96 mensuales, con un máximo de cuatro diarios, aplicables de lunes a sábados durante los períodos escolares y académicos.
Requisitos: Los beneficiarios deben residir en la Ciudad y pertenecer a hogares clasificados como “pobres”, “clase media vulnerable” o “clase media frágil”, según la clasificación oficial del Instituto de Estadísticas y Censos porteño.
Beneficios para acompañantes: Los tutores de menores de 12 años que cursen la escolaridad obligatoria podrán acceder a una tarifa social del 55% en el transporte público, a través de la tarjeta SUBE, con un beneficio aplicable a un único acompañante por estudiante.
La propuesta de ampliar el boleto educativo, que contó con la movilización en los alrededores de la Legislatura porteña de centros de estudiantes de la Universidad de Buenos Aires (UBA), se justificó por el impacto del encarecimiento del costo de vida durante 2024. “Un aumento drástico en el transporte sólo puede resultar en la deserción educativa de las personas que deberían ser, justamente, los principales destinatarios de la educación pública”, se indicó en el despacho del proyecto.
Marcela Thourte, del bloque UCR-Evolución, señaló explícitamente sobre ese punto, al señalar que la iniciativa “viene a dar respuesta sobre todo al aumento del trasporte público, que este año fue realmente feroz”.
“A principio de año, el subte costaba $125 y hoy 757 pesos. Lo que buscamos es que tengan el boleto educativo los que realmente no pueden pagar, es por eso que lo acotamos a la clase media frágil y vulnerable. No queremos dilapidar recursos públicos, queremos que los que realmente lo necesitan lo pueden tener”, sostuvo Thourte, durante la maratónica sesión en la Legislatura, que aprobó además el presupuesto para el año 2025.
Según las estadísticas oficiales porteñas, el sector medio frágil está constituido por los hogares cuyo ingreso total mensual es de al menos la Canasta Total, y no alcanza 1,25 veces la CT del Sistema de Canastas de Consumo. En noviembre, una familia de cuatro miembros clasificado en ese segmento alcanzó ingresos mensuales entre $1.291.713 y 1.614.641 pesos.
Desde Unión por la Patria dieron un enfático apoyo a la iniciativa. “Estudiar es muy importante. Que lo estemos diciendo desde acá es relevante. Se puso de moda el desprecio por la escuela y la universidad, se puso de moda el manto de sospecha por los espacios que nos formamos. Que estemos diciendo que las sociedades son mejores cuando hay educación pública, cuando los pibes van a la escuela, cuando se sigue una carrera universitaria, cuando se promueve eso y se acompaña, estamos dando un mensaje contracultural con lo que nos propone el Presidente de la Nación”, indicó en su discurso la legisladora porteña, Maru Bielli.
En una postura crítica a la aprobación, la diputada de La Libertad Avanza (LLA), Marina Kienast, explicó que “el boleto estudiantil es una herramienta importante para que los estudiantes puedan trasladarse y no abandonen los estudios”, pero rechazó acompañar la medida, ya que “ese boleto estudiantil no puede ampliarse a todos los niveles cuando no tenemos un número estimativo de a cuántos estudiantes estaríamos cubriendo con esta nueva ley”.
En contraste, el diputado de Vamos por Más (VxM), Sergio Siciliano, aseveró que “esta modificación de la ley reafirma el compromiso del Gobierno porteño con la educación”. “La ciudad de Buenos Aires, es pionera en implementar políticas para fortalecer la educación y los procesos de aprendizaje, siempre con una mirada integral”, indicó.
Desde el Frente de Izquierda (FIT-U), el legislador porteño Gabriel Solano destacó que la aprobación del boleto educativo “es un triunfo de la lucha histórica del movimiento estudiantil”. “En medio de este contexto de crisis y ajuste, el boleto permite que muchas pibas y pibes puedan seguir sus estudios. Si bien vamos a seguir peleando por un boleto universal para toda la comunidad educativa, hoy se festeja este gran paso”, celebró el dirigente del Partido Obrero (PO).
Efectivamente, la inclusión de docentes y trabajadores del sector educativo había sido planteada por bloques como UP y FIT durante los debates en comisión, pero la propuesta no prosperó. La Asociación Gremial Docente de la UBA (AGD-UBA) saludó la ampliación del derecho para los estudiantes, pero señalaron que la ley deja fuera a profesores universitarios y trabajadores no docentes. “Un Boleto Educativo debería incluir también a los trabajadores que sostenemos la educación superior y sufrimos un aumento desmedido de los costos de desplazamiento en un contexto de pérdida salarial”, señalaron desde un comunicado.
Por su lado, Mercedes Trimarchi (FIT-IS) destacó la importancia del avance logrado gracias a las demandas del movimiento estudiantil, pero criticó la exclusión de estudiantes no residentes en la Ciudad: “La exigencia de domicilio y el límite de ingresos no reflejan una verdadera universalización del derecho al boleto”, remarcó.